El patrimonio histórico artístico de la comarca abarca todas las épocas y corrientes: romano, románico, gótico, renacentista, barroco, pero es en el mudéjar dónde se muestra todo su esplendor quedando patente en las iglesias del territorio como la de Nuestra Señora de la Asunción, “el Piquete” de Quinto, La iglesia de San Pedro Apóstol de Alforque o la iglesia de la Asunción de Velilla.
Pero en la ribera hay más monumentos que guardan el cruce de culturas: el yacimiento romano y museo de Lépida Celsa en Velilla, azudes, noriales, zafaraches, molinos harineros y aceiteros en Alborge y Cinco Olivas, ermitas como la de Santa Águeda en Escatrón, iglesias barrocas como la de San Pedro Apóstol con la reliquia de la Santa Espina en Gelsa y como la de San José en La Zaida, el barrio morisco de Gelsa y el Museo de las Momias en “el Piquete” de Quinto. Todos ellos son una muestra del patrimonio cultural que puede visitarse en la Comarca, dejando para el final lo más destacado de la zona: El Monasterio de Nuestra Señora de Rueda, verdadera joya cisterciense situada en Sástago. Construcción cuyo origen se remonta al siglo XIII; debe su nombre a la gigantesca noria situada junto al conjunto monacal que no deja indiferente al visitante, al igual que el resto del cenobio, y que puede visitarse con recorridos guiados durante todo el año. Visitas que también pueden realizarse al retablo del Monasterio de Rueda que actualmente se encuentra en el altar mayor de la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Escatrón.
En esta sección pretendemos mostrar los lugares con historia más relevantes de la comarca.
Fundado a principios del siglo XIII por la orden del Císter, el monasterio de Rueda es, tras su reciente reapertura, uno de los principales atractivos de nuestra comunidad. Fue declarado monumento nacional en 1924.
Construido al amparo de las aguas del Ebro, el monasterio alberga un impresionante conjunto de edificaciones de distintas épocas y funciones. Durante siglos fue motor de la economía del entorno, con un señorío eclesiástico del que dependían multitud de poblaciones. Destaca por su volumen la iglesia de tres naves con una torre mudéjar de planta octogonal. El claustro cisterciense es quizá el espacio más hermoso por la decoración de sus galerías; a su alrededor se organizan todas las dependencias. En su entorno, ligado a la vida monástica, encontraremos su monumental noria junto a un molino harinero, además de otros edificios como la antigua almazara o un pozo nevero.
En la actualidad, y tras una exhausta restauración que finalizó en 2003, se pueden realizar visitas guiadas al monumento, aunque temporalmente la hospedería se encuentra fuera de servicio.
Dominando el municipio de Quinto encontramos la antigua iglesia de la Asunción, conocida popularmente como “El Piquete”. Se trata de un edificio mudéjar (s.XV) de origen defensivo-militar de titularidad municipal. Fue reabierto en 2017 para uso sociocultural, tras sufrir graves daños en la Batalla de Quinto durante la guerra civil y tras haber estado en proceso de restauración durante tres décadas.
En su interior se encuentra situado el Museo de las Momias de Quinto. Consta de una exposición permanente de quince cuerpos momificados de los siglos XVIII y XIX y de elementos funerarios y rituales religiosos. Fue precisamente durante las últimas fases de restauración del edificio cuando se descubrieron una serie de enterramientos en el interior de la Iglesia que habían sufrido un proceso de momificación natural debido a las condiciones ambientales.
Se trata del primer museo de España de estas características, ya que el edificio dónde se exponen los cuerpos, es el mismo en el que fueron inhumados y conservados de forma natural.
En el año 44 a.C., Marco Emilio Lépido fundaba la colonia romana llamada Victrix Iulia Lepida, consolidando de este modo el control del Ebro y su paso en la Vía Augusta.
Lépida será renombrada como Celsa, llegando a alcanzar una población de 3.500 habitantes gracias a un próspero comercio apoyado en su puerto fluvial. El yacimiento tan solo muestra una mínima parte de la ciudad, ya que se presume que el teatro y el foro se encuentran bajo el actual pueblo de Velilla. Destaca por su interés la trama urbana de calles empedradas, los mosaicos de la casa de los delfines, la manzana de comercios... La visita se complementa con el museo del yacimiento donde se exponen las principales piezas encontradas en las excavaciones.
Durante siglos, el río Ebro ha configurado la forma de ser y trabajar de los habitantes en los pueblos de la Comarca, éstos han sabido utilizar sus aguas, transformando un paisaje con azudes, acequias, molinos y norias, a través de una relación basada en el conocimiento y el respeto.
En el largo recorrido que el río Ebro realiza por nuestra comarca se encuentra unos de los conjuntos de patrimonio hidráulico de la península. Los azudes elevan y desvían el cauce del río hasta los noriales, donde el agua se eleva para ser distribuida por una compleja red de acequias. Junto a las norias se construyeron molinos de los que se conservan buenos ejemplos, destacando los de tipo regolfo (antigua turbina). Los azudes a su vez, permitieron la instalación de centrales hidroeléctricas con pequeños saltos de agua, horadando en ocasiones las montañas.
Los sistemas hidráulicos del Ebro son infraestructuras complejas que constan de varias construcciones. Su función básica fue siempre surtir a la huerta de agua para el riego aunque en torno a ellos se fue desarrollando un variado entramado de actividades humanas que generaron una serie de estructuras arquitectónicas.
Estos conjuntos constaban de las construcciones necesarias para obtener el agua del Ebro para conducirla finalmente a los lugares de riego: es decir, azudes, norias, acueductos y acequias.
Aprovechando el importante caudal que derivaban los azudes, a las construcciones mencionadas solían agregarse otras de carácter productivo que aprovechaban la energía del agua: molinos harineros y batanes. En ocasiones se añadieron en las proximidades otras construcciones que precisaban de agua corriente, como los zafaraches, donde se almacenan las anguilas pescadas en los desagües del norial, los molinos aceiteros o construcciones para acceder o atravesar el río como pasos de barca, sirgas o embarcaderos.
LOS SISTEMAS DE LA RIBERA BAJA UNO A UNO
- Gelsa. Azud, acequia, caja de tres norias y fábrica de harinas, en cuya ubicación hubo con anterioridad un batán y un molino harinero. Conjunto muy transformado en la actualidad.
- Quinto. Sistema hidráulico de la finca de los Ángeles, también llamado de Mata. Consta de azud y dos cajas de norias.
- Velilla. Azud, caja de dos norias y molino harinero.
- La Zaida. Azud, caja de una noria y molino harinero.
- Alforque. Azud, caja de una noria, molino harinero de regolfo y zafarache. Molino aceitero.
- Cinco Olivas. Azud, caja de una noria y molino harinero de regolfo. Molino aceitero.
- Alborge. Azud, caja de una noria y molino harinero de regolfo. Molino aceitero.
- Sástago. Sistema de Montler. Azud y caja de una noria, para el riego de la huerta de Montler, y molino harinero. Sistema de la Partilla. Azud y caja de dos norias, para el riego del término de Sástago aguas abajo del pueblo, en la orilla izquierda. Sistema de Menuza. Azud y caja de dos norias, para el riego de la finca de Menuza, que fue propiedad de los condes de Sástago. Sistema de Gertusa. Azud (actualmente desaparecido) y caja de una noria, para el riego de la finca de Gertusa, antigua granja perteneciente al monasterio de Rueda desde su instalación en la zona.
- Escatrón. Sistema de Tomargo. En la margen derecha del Ebro se conserva la caja de una noria y el comienzo del acueducto.
Monasterio de Rueda. Azud, caja de una noria y molino harinero de regolfo, para el aprovisionamiento del monasterio y el riego de sus tierras en la margen izquierda. Molino aceitero.
Para una información más detallada les dejamos el link de la publicación la “Arquitectura hidráulic a y usos del agua en la Ribera Baja del Ebro” de Francisco Bolea Aguarón y Marta Puyol Ibort.
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